KONICHIWA MINHA! ¿Cómo estáis? ¿Cómo os van esas clases o el trabajo? Nosotras empezamos hace como un mes a la universidad y ya estamos hasta arriba, (Andrea más que yo). Yo sólo quiero quedarme en casa viendo anime y leyendo manga 24/7, pero no nos queda otro remedio. Cómo os prometí os traigo otro capítulo de “Ephemeral: Los residentes de la oscuridad”, en este caso vengo a compartiros mi opinión sobre la ruta de Shiba, el hombre lobo. Sin nada más que decir, comencemos.
(ATENCIÓN, A PARTIR DE AQUÍ HAY SPOILERS DE LA RUTA, CONTINUÁIS BAJO VUESTRA RESPONSABILIDAD)
Antes de nada quiero que sepáis (aunque ya lo dije) que Shiba no fue mi primera ruta sino que fue Natsume. Ahora bien, ¿por qué elegí a Shiba en segundo lugar? No lo tengo muy claro porque los hombres lobo nunca me ha hecho especial ilusión, pero sin contar a Natsume los demás los estoy haciendo un poco por descarte porque tal y cómo es Ray (el vampiro), su ruta iba la última sin pensárselo dos veces. Nagi es demasiado mono pero creo que Shiba me agradó más y por eso lo hice en segundo lugar. Aunque también he de decir que cuando abrí por primera vez el juego, pensé que Shiba era el vampiro, pero luego me dí cuenta de que no, creo que eso también le dio puntos para ser de los primeros.
Para empezar, Shiba nada más empezar no me gustó nada, de verdad. Estuve unos tres o cuatro capítulos odiando mi vida porque debería haber escogido a Nagi en vez de a Shiba, pero a medida que fueron pasando los capítulos me fue gustando más hasta el punto de gritarle al móvil porque Shiba estaba hablando poco y es que la protagonista habla mucho y yo me quedo con cara de poker porque me estresa mucho. Es verdad que como protagonista es normal que se indague más en su vida que en la de los otros personajes pero...SHIBA TIENE MUCHO QUE DECIR.
Hablemos de Shiba, desde mi punto de vista, este supuesto hombre lobo es un orgulloso y no quiere admitir sus errores fácilmente pero, aunque vaya de macho alfa por la vida en el fondo es muy amable y divertido. También es un poco despistado y no sé da cuenta de muchas cosas rápidamente pero cuando se percata de la situación se dedica a ello con todo su kokoro. Un punto muy fuerte a su favor es que es realmente lindo cuando es un lobo, bueno, más bien es un perrito super kawaii achuchable y eso que yo soy más de gatos, pero si fuese Shiba, yo me lo llevaba a mi casa.
Con respecto a su ruta, me quedé con ganas de más. Creo que se quedaron en un mal final porque me interesaba saber más. Vale, ellos se quedan juntos en el final feliz que es el que yo tuve, pero...yo sigo diciendo que le faltó algo. Shiba va a buscarla al libro ese dónde hay un falso Shiba y todo el rollo pero, ¿de verdad? ¿Así de básico es? Yo me estaba imaginando un duelo a muerte o algo así y me encuentro con una pelea de instituto. Creí que Shiba tendría más…¿valor? No lo tengo muy claro. En general la ruta se basaba en Shiba convertido en lobo, y, claro está, que en ese estado hablar poco. Lo único que me hizo especial gracia en toda su ruta es la parte de la galletas, me hizo tanta gracia que casi lloro de la risa. Muchos pensaréis que soy estúpida por reirme de esa parte pero soy una persona de risa fácil (Andrea puede constatarlo).
Resumiendo esta ruta no me gustó en sobremanera así que nota le pondré al final, pero no nos precipitemos en ponerlo en último lugar porque siempre puede pasar que Ray me guste mucho menos.
Y hasta aquí Shiba, nuestro hombre lobo. Próximamente Nagi, el hombre invisible. SAYOONARA MINHA!
Barbi.